Las lavativas
De sobra es conocido Don Félix María Serafín Sánchez de Samaniego Zabala como el autor de numerosas fábulas de carácter moralista pero en una faceta aun desconocida por el público en general, Samaniego escribió varios cuentos subidos de tono, eróticos y anticlericales que le valieron la persecución de la inquisición y alguna temporada a la sombra.
Estos cuentos se recogen en su obra "El jardín de Venus".
El jardín de Venus os va a sacar una sonrisa detrás de otra gracias al ingenio del estilo y la desvergüenza de las historias que narra, y por eso os lo recomiendo.
Iré publicando estos cuentos, enteros si son cortos y en varios trozos los mas largos.
Y como muestra, un botón
Estos cuentos se recogen en su obra "El jardín de Venus".
El jardín de Venus os va a sacar una sonrisa detrás de otra gracias al ingenio del estilo y la desvergüenza de las historias que narra, y por eso os lo recomiendo.
Iré publicando estos cuentos, enteros si son cortos y en varios trozos los mas largos.
Y como muestra, un botón
Cierta joven soltera, | |||
de quien un oficial era el amante, | |||
pensaba a cada instante | |||
cómo con su galán dormir pudiera, | |||
porque una vieja tía | 5 | ||
gozar de sus amores la impedía. | |||
Discurrió al fin meter al penitente | |||
en su casa y, fingiendo que la daba | |||
un cólico bilioso de repente, | |||
hizo a la vieja, que cegata estaba, | 10 | ||
que un colchón separase | |||
y en diferente cama se acostase. | |||
Ella en la suya en tanto | |||
tuvo con su oficial lindo recreo, | |||
dándole al dengue tanto | 15 | ||
que a media voz, en dulce regodeo, | |||
suspiraba y decía: | |||
- ¡Ay...!, ¡ay...!, ¡cuánto me aprieta esta agonía! | |||
La vieja cuidadosa, | |||
que no estaba durmiendo, | 20 | ||
los suspiros oyendo, | |||
a su sobrina dijo cariñosa: | |||
- Si tienes convulsiones aflictivas, | |||
niña, yo te echaré unas lavativas. | |||
- No, tía, ella responde, que me asustan. | 25 | ||
- Pues si son un remedio soberano. | |||
- ¿Y qué, si no me gustan? | |||
- Con todo, te he de echar dos por mi mano. | |||
Dijo, y en un momento levantada, | |||
fue a cargar y a traer la arma vedada. | 30 | ||
La mozuela, que estaba embebecida | |||
cuando llegó este apuro, | |||
gozando una fortísima embestida, | |||
pensó un medio seguro | |||
para que la función no se dejase | 35 | ||
si a su galán la tía allí encontrase. | |||
Montó en él ensartada, | |||
tapándole su cuerpo y puesta en popa, | |||
mientras la tía de jeringa armada | |||
llegó a la cama, levantó la ropa | 40 | ||
por un ladito y, como mejor pudo, | |||
enfiló el ojo del rollizo escudo. | |||
En tanto que empujaba | |||
el caldo con cuidado, | |||
la sobrina gozosa respingaba | 45 | ||
sobre el cañón de su galán armado, | |||
y la vieja, notando el movimiento, | |||
la dijo: - ¿Ves como te dan contento | |||
las lavativas, y que no te asustan? | |||
¡Apuesto a que te gustan! | 50 | ||
A lo cual la sobrina respondió: | |||
- ¡Ay!, por un lado sí, por otro no. |
Las lavativas
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12:10:00
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